Isadora Duncan
San Francisco, 27 de mayo de 1877 – Niza, 14 de septiembre de 1927
Isadora Duncan fue una bailarina y coreógrafa estadounidense, considerada una de las pioneras de la danza contemporánea. Su trabajo rompió con los modelos del ballet clásico y propuso una forma de expresión corporal más libre, natural y profundamente ligada a la emoción. Influenciada por el arte de la antigua Grecia, Duncan desarrolló un estilo basado en la armonía del movimiento, la improvisación, el uso del espacio escénico sin ornamentos y la expresividad del cuerpo humano como instrumento principal.
Desde temprana edad mostró una fuerte inclinación por la danza. Abandonó la escuela a los once años para enseñar junto a su hermana, y más tarde se trasladó a Nueva York, donde se inició profesionalmente en el teatro. A comienzos del siglo XX emigró a Europa junto a su familia, residiendo primero en Londres y luego en París. En estos años, consolidó su estilo inspirado en ideales clásicos, el arte plástico y la música de compositores como Beethoven, Schubert y Wagner.
La propuesta escénica de Duncan contrastaba radicalmente con los cánones de la época: bailaba descalza, con túnicas ligeras, sin maquillaje, en escenarios despojados y con una gestualidad que nacía de una visión filosófica del arte. Su danza abordó temas como el dolor, la muerte y la libertad, alejándose de los argumentos mitológicos y fantásticos tradicionales del ballet clásico.
En 1916 visitó por primera vez Buenos Aires, en el marco de una gira por América del Sur. Su llegada causó gran expectativa, aunque las reacciones del público porteño fueron dispares. Acostumbrados al lenguaje del ballet, algunos espectadores recibieron con frialdad su estilo minimalista y expresivo. A pesar de ello, Duncan recorrió la ciudad, ofreció varios conciertos y generó controversias por algunas de sus presentaciones espontáneas y decisiones artísticas, como dedicar un programa al compositor alemán Richard Wagner durante la Primera Guerra Mundial. Su paso por Argentina fue breve pero significativo, y forma parte del registro de sus recorridos internacionales.
A lo largo de su vida, Isadora Duncan defendió una visión artística y personal profundamente independiente. Fue una artista comprometida con los ideales políticos y culturales de su época, y en 1922 se trasladó a Moscú en apoyo a la revolución soviética, aunque las condiciones del régimen la llevaron a abandonar el país pocos años después.
Isadora Duncan falleció trágicamente en Niza en 1927. Su legado permanece como uno de los hitos fundacionales de la danza moderna. Fue una figura rupturista que pensó el arte como una forma de vida, y la danza como vehículo de verdad interior, libertad y transformación.
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